Arbitro baloncesto

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lunes, 27 de junio de 2011

El partido de tu vida

Cada año llega ese momento, para jugadores, para entrenadores, para padres y hasta los árbitros viven en algunos casos esa sensación.

Llega el final de temporada, y las competiciones llegan a su fin, y con ello, las finales de las competiciones, que durante todo el año, hemos jugado o arbitrado. La idea de esta entrada, no es ofrecer una visión única de cómo encararla. No es nada más que alguna reflexión, para hacerlo más llevadero.

Esta es una de las entradas en las que indiferentemente de quien las lea (jugador, entrenador, árbitro) se verá representado y podrá encontrar nexos de unión entre su experiencia y lo que aquí hablemos.

Para empezar, creo que hemos de hablar del primer punto clave del tema. Cuando te das cuenta que participarás en ese partido.

Todos participamos en alguno de estos partidos, en diferentes situaciones por supuesto. Algunos juegan el partido de la temporada al final de la liga regular, cuando se juegan no descender de categoría, o el ascenso a la siguiente. Otros lo juegan contra el equipo del pueblo vecino, con el que tienen gran rivalidad.

Y otros van avanzando, poco a poco, hasta ser convocados para participar en el partido de “su” temporada. Los árbitros són quizás los últimos en saber si tendrán la oportunidad de gozar de ese “partido de la temporada”.





Un equipo sabe si tiene plantilla o no para participar en una fase final, o en un campeonato estatal. Pero los árbitros, a parte de la progresión personal que tengan, tienen otro factor, que es la decisión de aquellos que les evalúan. Por eso, hasta que no se acerca la fecha del campeonato, no saben que en él, vivirán el partido de “su” temporada. Y en algunos casos, el “campeonato de su carrera”.

Ahora trasladémonos al momento en que se inicia ese partido. En todas las facetas del baloncesto, este partido puede suponer un gran éxito, o un gran fracaso, incluso a veces, solo un premio. Pero siempre es una de estas 3 opciones. No hay términos intermedios.

Los equipos que van al campeonato estatal, por ejemplo, con una buena plantilla, han de ganar. Si no ganan, es un fracaso.


Los equipos que van al campeonato estatal con una plantilla justa, viven el campeonato como un premio, sin importar que la derrota sea por 1 o por 100.

Y por otro lado los árbitros. Dependiendo del momento de su carrera, puede acabar en éxito (consiguiendo un ascenso), un fracaso (no ascendiendo o descendiendo) o un premio (sabiendo que no se ascenderá por diversos motivos y disfrutando del campeonato en si).

En todas las situaciones, deberíamos plantearnos cual es nuestro objetivo, y si a parte del éxito total o del fracaso estrepitoso, podemos encontrar un punto medio donde se crucen ambos para producir un resultado que aunque no sea positivo del todo, nos aporte algo a nuestra experiencia.

Una vez hemos analizado todo esto, llega el esperado momento. El Partido. Lo pongo en mayúsculas porque es el importante, el definitivo.

Los equipos llegan al pabellón, habiendo pasado una noche de nervios, el entrenador ha visto videos del rival infinidad de veces…



…Y el árbitro, aunque muchas veces no lo parezca, también ha pasado sus nervios, sus miedos y ha analizado el partido que arbitrará.

Los 2 equipos y los árbitros (junto con los auxiliares de mesa), se preparan para iniciar el partido. Ese partido que lo cambiará todo. O nada.

La clave para ganar ese partido (tanto a nivel de jugadores y entrenadores como a nivel arbitral), no es nada más alejado de la obviedad. Ser tú mismo.

No puedes ir a un campeonato a innovar. No puedes inventar cosas que antes no has practicado. Si lo intentas, tienes una gran probabilidad de fracasar.

Las cosas nuevas, necesitan tiempo, para hacerlas con confianza, para sacarles partido. No podemos pretender que los jugadores ejecuten un sistema determinado sin haberlo preparado, no podemos pretender que los árbitros ejecuten movimientos sin haberlos trabajado anteriormente en otros partidos.

Si innovamos, se nota. Se nota que la precisión no es la misma, se nota que no somos nosotros.

Una vez llegados al punto de disputar el partido de la temporada, el objetivo ha de ser disfrutarlo al máximo, dar lo mejor de ti, y a partir de ahí, la suerte dirá.

La finalidad es hacer en ese partido todo lo que se ha hecho durante la temporada, de la manera más perfecta posible por supuesto pero sin dejar de ser uno mismo, sin perder tu identidad.

Tu identidad es aquello que te hace diferente del resto. Lo has de conservar. En los partidos fáciles y en los difíciles, ya que si no eres tu mismo, te confundes entre la multitud, te conviertes en un calco de muchos otros, y todos esos otros, no han llegado a ese partido.



En resumen: Cuando llegues a disputar el partido de tu temporada, incluso el partido de tu carrera, DISFRUTALO, vivelo y a partir de ahí, solo el resto de factores definirán tu éxito o tu fracaso, pero en caso de que éste ultimo sea el que te toque vivir, que puedas decir que lo has hecho lo mejor que has podido, y que lo has intentado, siendo tu mismo.




27/06/2011 - Arbitrando Baloncesto

jueves, 23 de junio de 2011

Diferencias entre la élite y la escuela

De nuevo seguimos con las aportaciones que recibimos a través del correo electrónico, twitter y facebook. Esta vez de la mano de @suesetano, que como habitual colaborador, nos traslada sus inquietudes sobre algunas de las jugadas o situaciones que presencia como espectador.

En este caso, nos pide una reflexión sobre porqué a distintos niveles, se valoran las pitadas de una manera totalmente diferente.

Nos expone el caso en que un equipo que juega a nivel federado, se enfrenta con un equipo que lo hace a nivel escolar. El árbitro, que también suele pitar escolares, según @suesetano, pita faltas, por ejemplo, que en la liga donde juega su equipo, los árbitros pasan por alto.

Esta cuestión que se nos presenta, es interesante, aunque no deja de ser un arma de doble filo. La explicación más lógica y sensata, es que el objetivo de los árbitros es lograr un arbitraje ACEPTADO. Para conseguirlo, se deben adaptar a la categoría que pitan, a los recursos que tienen los participantes y a lo que el partido en ese momento requiere.
Un ejemplo claro que podemos tomar, son las situaciones de poste bajo que vemos por la televisión, a nivel de ACB y Euroleague, por ejemplo.

En estas jugadas, los pívots de ambos equipos, cuando el balón ha de meterse dentro de la zona, inician una sucesión de golpes, empujones y mamporros varios, que uno por uno, son todos falta, tanto en ataque como en defensa.

 Pero porqué estos jugadores no se quejan?

La respuesta es sencilla. Porque tienen los recursos adecuados para que esos golpes y empujones, no les supongan una gran desventaja a la hora de desplegar su juego, tanto ofensivo como defensivo.

El problema de estas situaciones, viene cuando uno de los participantes, no tiene el nivel físico o técnico para soportar esa situación, y los contactos le suponen una clara desventaja. 

Es entonces cuando unos contactos que en otras situaciones no suponen más que unos breves momentos de tensión en la pintura, se convierten en faltas claras que se han de sancionar.

De la misma forma, que cogemos como ejemplo la ACB (entendiéndola como la élite del baloncesto), podemos hacer la misma extrapolación a todas las categorías que se nos ocurran. Si valoramos los contactos de un partido de minibasket, seguramente, contaremos infinidad de contactos que podríamos sancionar con faltas sin que nadie se quejara.

Mientras que, a medida que subimos de categoría, los árbitros han de ser más selectivos a la hora de valorar los contactos, para aplicar de forma correcta el concepto de ventaja y desventaja para sancionar solo lo que permita hacer que el arbitraje sea aceptado por todos los participantes.

Es habitual, viendo con árbitros de distintas categorías un mismo partido de formación (de minibasket a cadetes, por ejemplo), oír el típico comentario de… “eso en mi categoría no lo pito”. Y es totalmente cierto, este árbitro en su categoría no pita ese contacto. Pero no porqué no quiera, o porque no sepa que seguramente el defensor o el atacante estará haciendo algo que no debe, sino porque el juego no lo pide, y muchas veces, incluso los jugadores no lo quieren.

Como anécdota personal, puedo contaros una situación, en la que después de pitar una falta en defensa, el jugador defensor se quejó (como en muchas otras ocasiones suele pasar). 

Pero lo que más me sorprendió, fue cuando el atacante, que disfrutaría de un tiro adicional ya que había metido la canasta, me dijo: “no pongas el listón tan bajo, aquí no somos nenas. Nos gusta también algo de contacto”.

Conste que no estoy diciendo que se deba dejar de pitar, sino que el arbitraje ha de ser distinto en cada partido. Ha de adaptarse a lo que requiere en ese momento el partido (dependiendo de la agresividad de los participantes en ese momento) y a las habilidades técnicas y motrices de los participantes, para poder realizar de forma correcta sus movimientos, soportando los contactos que provoque el contrario sin generarles gran desventaja.

23/06/2011 – Arbitrando Baloncesto

viernes, 10 de junio de 2011

Mecánica de arbitraje (I): Ven 4 ojos más que 2?

Gracias a las aportaciones y comentarios que vamos recibiendo en los distintos soportes interactivos de los que disponemos, vamos teniendo temas sobre los que debatir, y seguir profundizando un poco en la labor de los árbitros de baloncesto.

Seguro, que algunos de los que empezásteis a leer este blog cuando lo creamos, no pensabais que el arbitraje tuviera tantas facetas, tantas pequeñas cosas que desde fuera no se aprecian si no las buscas, o si no las haces tan amenudo, que cuando ves un partido solo te fijas en ellas (esta es nuestra deformación profesional).

A raíz de un comentario, de un ya amigo del blog, @suesetano, me veo en disposición de ofrecer mi reflexión sobre la afirmación de “4 ojos ven más que 2”.

Pues bien, en el baloncesto, decir que 4 ojos ven más que 2 es una verdad a medias. Muchas veces, si no conocemos la labor arbitral, pensamos que los 2 árbitros están siguiendo el balón por la pista, y que el primero que ve una falta o una violación es el que pita la misma (siendo de aplicación la ley del oeste, aquella en la que solo sobrevive el más rápido). No es así.

Los árbitros trabajamos en base a una mecánica que relata la FIBA en su manual para mecánica de arbitraje de 2. Su principal función es hacer que los árbitros tomen responsabilidad sobre determinadas zonas del campo, dependiendo de la ubicación de la jugada con y sin balón, para que ninguno de los puntos del juego quede desatendido, y allí pudiera producirse algún percance que no pudiera ser visto por ninguno de los 2 colegiados.

Hoy haremos una breve introducción a la mecánica de arbitraje de 2, que en la que iremos profundizando en diversas entradas durante los próximos días, para que todo el mundo pueda ver (y los árbitros repasar) cuales son sus obligaciones antes, durante y después del partido.

Para empezar a hablar de mecánica hace falta que hablemos del argot arbitral, ya que sin él iremos perdidos a la hora de ubicar a los árbitros.

Primero de todo, hemos de hablar de cómo dividimos la pista los árbitros. En la siguiente fotografía veremos las 6 zonas en las que los árbitros dividen imaginariamente la pista, para definir las responsabilidades de cada uno en cada una de las partes.



Seguiremos con la nomenclatura que tiene cada árbitro.

En el arbitraje de 2, existen 2 posiciones en las que se puede encontrar un árbitro dependiendo de su posición inicial.

Podemos encontrar el árbitro de cola, que se colocará tal y como se ve en la fotografía en la zona 1.



Y encontraremos también al árbitro de cabeza, que lo encontraremos en la zona 4, fuera de los límites del terreno de juego.



Esta sería su posición inicial.

 En otra entrada hablaremos de cómo se mueven estos árbitros.

Este es un buen comienzo para todos aquellos que desconocían el concepto de mecánica árbitral, asi como que los árbitros también tienen sus propias palabras para definir algunos conceptos de su tarea en el baloncesto.

Para finalizar esta primera entrada sobre la mecánica arbitral, vamos a hablar del punto básico de todo arbitraje de baloncesto, ligado un poco a la consulta que nos hacía @suesetano.

El amigo @suesetano, nos comentaba que como podía ser, que habiendo 2 árbitros en la pista, hubiera acciones que no eran sancionadas por ninguno de los 2 árbitros. También preguntaba si los árbitros pueden intervenir en la jugada de otro árbitro si ven una violación o una falta.

Bien, para empezar, vamos a hablar del primer punto y más importante en lo que respecta a la colaboración arbitral en la pista.

Lo mas importante de todo, es el trabajo en equipo y la confianza depositada en tu compañero. En otras entradas, veremos que cada árbitro tiene una zona de responsabilidad en cada momento (uno vigilará el juego con balón, y el otro el juego sin balón). 

Esto nos lleva a que hemos de confiar en el compañero, para que en sus zonas, sancione lo que allí ocurra.

¿porqué no es correcto pitar algo en la zona de tu compañero?

No es que no sea correcto, es que no debería suceder nunca. Una pitada en la zona de tu compañero indica 2 cosas. La primera es que no confias en su tarea, y la segunda es que no estabas mirando donde debías y por tanto, probablemente estés dejando descuidado tu trabajo y en tu zona de responsabilidad se podría estar generando un problema.

Las pitadas en la zona de un compañero, deben venir solo dadas por sancionar acciones evidentes (agresiones, por ejemplo…) y que el compañero no puede ver. Y sobretodo, que en caso de no ser pitadas acarrearán una complicación del partido. 

Es en estas situaciones, en las únicas en las que pitar en la zona de un compañero se podría decir que está “aceptado”. Y lo pongo entre comillas porque seguirá siendo indicador que no estabas mirando donde debías.

Por tanto, en baloncesto 4 ojos ven más que 2?

Si, y no. 

No es que vean más, sino que cada uno por su parte, es más fácil controlar facetas del juego (sobretodo juego sin balón) que en el arbitraje sencillo no se pueden controlar con la misma facilidad.

El arbitraje de 2 ofrece mayor campo de visión para el equipo arbitral, y por tanto permitirá tomar decisiones en puntos del terreno de juego, que en un arbitraje sencillo serían totalmente imposibles de valorar.

Para resumir: “Si pitas algo en la zona de tu compañero, es que no estás mirando donde debes”.

10/06/2011 - ArbitrandoBaloncesto

jueves, 2 de junio de 2011

El "fumble", ese gran desconocido

Hay veces, que los árbitros dicen cosas raras. Muchas veces, pensamos que hasta llegan a inventarse palabras para justificar una pitada.

Alguna vez a mí, de forma personal, me han llegado a negar la existencia del cilindro y del principio de verticalidad (que si hace falta desarrollaremos en otra entrada), alegando que me lo inventaba solo para justificar un fallo.

Ciertamente, el reglamento de baloncesto, incluye algunas palabras que no son comunes, y que a menos que las leamos en el reglamento, no las escucharemos jamás.
Una de ellas es la palabra “fumble”.

Hoy hablaremos del “fumble” gracias a la aportación desde twitter de @edusanmarti, que nos hizo llegar lo que él pensaba que era un error arbitral en el partido del Bizkaia Bilbao Basket y el Real Madrid en el segundo partido de la disputa del Play-off de la ACB.

Me gustaría recordar, que cualquier cosa que queráis hacernos llegar para comentar y debatir, podéis enviarla a:


-E-mail: arbitrandobaloncesto@gmail.com
-Twitter: arb_baloncesto
-Facebook: Arbitrando Baloncesto

Pues vamos a hablar de que es un “fumble”


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Y para ello como siempre, citaremos el reglamento:

Art. 24.1.3- Se considera un “fumble” cuando un jugador pierde accidentalmente el control de una pelota viva en el terreno de juego y lo vuelve a recuperar.

Art. 24.1.4- Cometer un “fumble” no se considera un regate.


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Viendo el reglamento, todos podemos tener la idea a groso modo de lo que es un “fumble”. En cristiano, es que a un jugador se le escapa un balón y que esto no se considera un regate.

Ahora bien, el “fumble” nos lo podemos encontrar en 2 situaciones. El jugador que lo comete puede haber iniciado ya un regate, o puede haberlo finalizado.

Cuando se comete un “fumble” el jugador que controlaba el balón, tiene los mismos derechos o restricciones que antes de haberlo cometido. Por tanto, un jugador que aún no ha botado el balón, que pierde el control del mismo de forma accidental, puede volver a recuperarlo (aunque éste bote en el suelo), y entonces iniciar el regate que le correspondía.

De la misma forma, un jugador que ya ha finalizado un regate, y comete un “fumble”, podrá recuperar ese balón, aunque bote en el suelo, sin poder ser sancionado con una violación de doble regate (dobles) ya que como hemos leído en el artículo 24.1.4, el hecho de cometer un “fumble” no implica que sea considerado como un regate.

Los errores más comunes sobre los “fumbles” constan de pitar doble regate (dobles) al jugador que lo comete, cuando en realidad ha perdido de forma accidental el control del balón.

Ésta es la jugada que nos envió @edusanmarti al twitter para que la comentáramos. Es una jugada del segundo partido de play-off de la ACB entre el Bizkaia Bilbao Basket y el Real Madrid.

Veamos el video:




El jugador del BBB Aaron Jackson controla el balón iniciando un regate, y cuando ya sostiene el balón para efectuar un pase hacia dentro de la zona, pierde el control del balón de manera accidental, cometiendo un “fumble” y al volver a coger la pelota, el árbitro le sanciona injustamente con violación de doble regate.

Mención aparte, merece la valoración de la jugada que hace el comentarista de TDP sobre la jugada, en la que asegura que son dobles de Jackson por perder el balón y volver a recuperarlo (cuando el reglamento explica claramente que esto es legal). 


Insisto, como ya hice en otra entrada, que la faena de comentarista seguramente tendrá su complicación, pero creo que es muy importante que haya alguien que en estas situaciones pueda hacer un apunte de calidad a nivel de reglamento.


PD: Por cierto, se pronuncia "FAMBEL"

03/06/2011 – Arbitrando Baloncesto